Las redes sociales y la salud mental

Una investigación realizada por la Universidad Tecnológica de Sydney demostró que los perjuicios que provoca el uso descontrolado y desmedido de las redes sociales y los dispositivos electrónicos a la vez que Twitter, Facebook e Instagram son las más nocivas para nuestra salud debido a la exposición que se suele hacer en ellas de nuestra vida privada.
Si bien en un comienzo las redes tenían la finalidad de entretenimiento hoy en día son uno de los principales canales para informarse por gran parte de la gente. La EAE Business School señaló en un informe que las redes influyen en la vida y comportamientos de los consumidores, ya sea desde las compras en el supermercado hasta nuestra intención de voto en las elecciones. Su aspecto más preocupante es la conectividad continua que genera y la atención permanente que nos causa.
A raíz de la pandemia el uso de aparatos electrónicos se intensificó exponencialmente y con ello la necesidad de que las que las herramientas tecnológicas desarrollaran actualizaciones permanentes, permitiendo que estas se transformaran en el compañero permanente durante el encierro.
La utilización de las redes sin control afecta la salud mental, causa frustración, confusión, insomnio, estrés, ansiedad, baja autoestima, distracción en el trabajo y estudio, aislamiento, bajo rendimiento, y desinterés por otros pilares de la vida. “Las adicciones, en su esencia más primitiva, desencadenan un efecto bola de nieve, arrasando con otras parcelas de tu identidad y entorno” remarca Chelo Morillo profesora de EAE Business School.
Si bien la adicción tecnológica no está clasificada como un trastorno de la salud, muchos estudios y expertos señalan que el uso excesivo de los dispositivos y las redes sociales son una adicción de la conducta con rpercusiones negativas sobre el bienestar físico, psicológico y social.
El concepto de ‘detox digital’ o la ‘desintoxicación digital’, es un proceso de reciente aparición que apunta a reducir el tiempo de uso de estos aparatos electrónicos. EAE Business School da algunas pautas para implementar esta desintoxicación digital:
Fijarse objetivos realistas: Limitar el tiempo de uso del teléfono celular. Empezando con unos minutos menos cada día.
Desactivar las notificaciones del celular que no sean esenciales. Dejando habilitadas las que sean de importancia vital como la llamada de emergencia.
Generar el hábito de dejar el celular en una habitación diferente a la que uno duerme. Esto evitará usar el dispositivo en las horas de descanso.
Planificar actividades semanales donde no sea necesario usar el teléfono celular. Por ejemplo ejercicios físicos al aire libre.
Implementar prácticas de consumo responsable con el celular para construir una relación saludable con los aparatos electrónicos.
“El truco está en encontrar equilibrio entre calidad y cantidad, lo que se denomina como bienestar digital. Utilizar las redes sociales para estar informado y en contacto con tus seres queridos será tiempo de calidad. Un uso excesivo incentiva el descontrol y la absorción” precisa Morillo.