El Hospital Enrique Tornú tiene graves problemas edilicios

La Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) realizó un informe en el que señaló importantes daños en las instalaciones del Hospital General de Agudos Dr. Enrique Tornú. Entre otros inconvenientes mencionó desprendimientos de paredes hasta falta de matafuegos. Estas deficiencias impiden que haya un funcionamiento adecuado y seguro para los pacientes.
El organismo evaluó el estado edilicio mediante trabajos de campo efectuados entre el segundo semestre de 2019 y marzo de 2020, previos a la cuarentena por Covid-19. “En base al estudio, podemos decir que en el Hospital Tornú existen una serie de irregularidades en relación con la infraestructura edilicia”, indica el informe.
Entre otras falencias subrayaron el mal estado y la humedad registrada en el edificio, matafuegos vencidos, problemas de ventilación, refrigeración y calefacción, inexistencia de cartelería señalizadora de salidas de emergencia, falta de mantenimiento de pintura, pérdida o falta de agua, entre otras.
La AGCBA sostuvo es que necesario fuertes mejoras en la infraestructura para un adecuado funcionamiento de la institución y expresó que aunque los problemas “son importantes en su cantidad”, en lo que hace a la urgencia de solucionar “se destacan algunos pocos”.
En el informe se precisa que los pabellones de consultorios externos, el Universitario, el de Neumotisiología y el de Pediatría fueron los más problemáticos. En estos sectores se mencionan falta de separación de área sucia y área limpia en Enfermería, hasta inconvenientes con la ventilación, refrigeración y calefacción.
Estos lugares no contaban con campana de extracción de vapores, de salida de aire con mal olor e inconvenientes con evaporación de líquidos. También se detectó humedad en cimientos, pisos, paredes y techos. A nivel estructural los auditores observaron desprendimiento de mampostería, paredes, pisos y cielorrasos descascarados, con roturas, en mal estado o con rajaduras. Asimismo, no hubo mantenimiento de pintura, ni de sanitarios, aberturas o de mobiliario.
En los pabellones mencionados no había agua, los matafuegos no estaban en los puestos contra incendios o estaban vencidos. Por otra parte también se encontraron espacios como escaleras o pasillos bloqueados por muebles, por bolsas o por documentación acumulada. Tampoco se vio señalización, luces de emergencia y puertas cortafuego.
El ente de control porteño señaló la presencia de cables y caños expuestos al aire, falta de rejillas o tapas para impedir el ingreso de animales. Se detectó pérdida de gas en mecheros y presencia de material combustible. Finalmente se encontró una bomba de agua descompuesta, un helipuerto inutilizable y un sistema contra incendios desactivado,
Otra de las fallas que revelaron los auditores es que el bar de la institución no estaba registrado como tal en el listado público de concesiones vigentes de la Dirección General de Concesiones y Permisos. En cambio estaba inscripto como kiosco y no se encontró la autorización y habilitación pertinente para su funcionamiento.