¡Anécdotas risueñas en la arena política! Los momentos más divertidos de las campañas electorales en Argentina desde 1983

Risas, bailes y situaciones inolvidables que marcaron la historia política del país.
Las campañas electorales en Argentina no solo son épocas de discursos y debates intensos, también nos han regalado momentos cómicos y anécdotas inolvidables protagonizadas por reconocidos políticos. Desde 1983, año clave para la democracia en el país, hemos sido testigos de situaciones que nos han sacado una sonrisa y nos han recordado que la política también tiene su lado divertido. A continuación, presentamos algunas de las anécdotas más simpáticas e inolvidables que han dejado huella en la historia política argentina.
El baile ridículo en un spot de Walter Wayar
Durante la campaña electoral, el político salteño Walter Wayar decidió grabar un spot en el que bailaba al ritmo de una canción popular. Sin embargo, el resultado fue completamente ridículo y se convirtió en objeto de burla en las redes sociales. El despliegue de movimientos torpes y descoordinados del político generó risas y comentarios divertidos, convirtiéndolo en uno de los momentos más cómicos y recordados de la campaña.
El beso apasionado a un maniquí de Capitanich en una feria
Durante su participación en una feria política, Jorge Capitanich, exgobernador de Chaco y exjefe de Gabinete, protagonizó un momento inolvidable. Al pasar por un stand, Capitanich se dejó llevar por el entusiasmo y sorprendió a todos al dar un beso apasionado a un maniquí. La escena, capturada por las cámaras, se difundió rápidamente, generando risas y convirtiéndose en uno de los momentos más hilarantes de la campaña electoral.
Los desopilantes «furcios» de Carlos Menem
El expresidente Carlos Menem era conocido por sus errores de expresión, los llamados «furcios». Durante sus discursos y entrevistas, Menem protagonizó varios momentos cómicos debido a sus lapsus linguae y dobles sentidos involuntarios. Algunos ejemplos memorables incluyen:
«Mi obra de cabecera son las obras completas de Sócrates». El filósofo griego no dejó ninguna obra escrita, claro. Pero Menem no dudó en responder así durante una entrevista. Después, más de una vez lo repetiría en broma.
«Perdón, perdón. Me confundí de discurso». Célebre gaffe de 1994 en el aniversario de la Bolsa de Cereales, después de leer durante casi un minuto algo que no encajaba con el lugar y la ocasión. El auditorio estalló en carcajadas y aplausos.
«Los pueblos que olvidan su historia repiten la historia. Como nos olvidamos de los acontecimientos de 1955, estuvimos repitiendo esa misma historia al poco tiempo, tumbando al gobierno del doctor Alfonsín… eh, Frondizi (risas). Son radicales los dos». Uno de sus grandes fallidos, en atención a cómo se dio la transición con su antecesor. Ocurrió en un discurso de 1995.
«Se va a licitar un sistema de vuelos espaciales mediante el cual, desde una plataforma que quizá se instale en Córdoba, esas naves espaciales se van a remontar a la estratósfera y desde ahí elegir el lugar adonde quieran ir, de tal forma que en una hora y media podamos estar desde Argentina en Japón, Corea o en cualquier parte del mundo». Inolvidable momento durante la inauguración del ciclo escolar en una escuela rural de Tartagal, el 5 de marzo de 1996. ¡Las caras de los chicos que lo escuchaban en vivo!
«Si por mí fuera, mi ministro de Economía sería Carlos Arslanian (lo interrumpen: «¿No será Melconian?»)… ¡Melconian! Claro, Melconian. Bueno, los dos son armenios». En una entrevista con Mauro Viale, en 2010, cuando soñaba como candidatearse a la presidencia en 2011.