Argentina no tiene estrategia para enfrentar el Cambio Climático

Nuestro país tiene serias falencias a la hora de abordar la problemática del Cambio Climático. La falta de previsión y precariedad laboral de los empleados son algunos de los aspectos que afectan contra la eficacia de las iniciativas
La Auditoría General de la Nación (AGN) dio a conocer un informe en el que señaló que Argentina no tiene una Estrategia Nacional de Cambio Climático de largo plazo, que integre medidas de mitigación y adaptación para dar respuesta a las necesidades nacionales. Un relevamiento efectuado entre 2017 y 2019 reveló que la mayoría de las medidas se destinaron a la mitigación, y se postergaron las de adaptación que “son fundamentales para evitar las consecuencias del cambio climático en nuestro país”.
El organismo precisó que las fallas en la generación de información científica y técnica impide la identificación de potenciales eventos climáticos extremos.
La AGN evaluó las tareas de la Dirección Nacional de Cambio Climático respecto de la gestión en la promoción de acciones encaminadas a la mitigación y adaptación al cambio climático. Este estudio tuvo la finalidad de determinar la eficacia y equidad de los planes, en el marco del compromiso nacional de reducir las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) al año 2030, de acuerdo a los establecido en la ley 27.270.
Sobre esta Dirección el ente de control señaló que su personal, que se encarga de la generación, actualización y comunicación de los inventarios nacionales de gases de efecto invernadero (INGEI) y los reportes bienales de actualización (BUR), está compuesto casi íntegramente con trabajadores contratados y sin estabilidad. “Solo el 8% está en planta permanente, el 23% en planta transitoria y el 69% son contratados”, indica el informe.
Estos profesionales tienen la tarea de confeccionar el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero. Este documento contabiliza los gases emitidos y absorbidos por la atmósfera durante un período de tiempo determinado. La información obtenida permite medir cuánto influye la actividad de un país en el cambio climático, a la vez que se suscriben convenios para bajar el nivel de contribución y disminuir los daños al planeta.
La AGN sostuvo que “surge la necesidad de realizar ajustes y mejoras en los INGEI de los sectores de energía e industria para evitar la posible duplicación en el recuento de gases, por ejemplo la vinculada al consumo de hidrocarburos como insumos en los procesos industriales”.
Generación de información
Para poder realizar su labor, la Dirección también debe identificar las acciones del Observatorio Nacional del Cambio Climático en la generación de información científica y técnica para el Gabinete Nacional de Cambio Climático (GNCC), el Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo y la Protección Civil (SINAGIR), el Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) y otros organismos.
Además los auditores descubrieron que el Observatorio no había sido implementado, “es decir que no hay una institución que asista al GNCC con información científico-técnica que permita identificar potenciales eventos climáticos extremos” señalaron en el estudio. También precisaron que no hay procedimientos ni metodologías estandarizadas para generar datos ni proveer la información de las diversas áreas para monitorear, reportar y verificar las medidas de mitigación comprometidas en los planes nacionales.
Planes para contribuir en la lucha
La AGN remarcó que tampoco se presentaron medidas de adaptación concretas, ni financiamiento definido en esta materia, y que solo el plan nacional de energía cuenta con algunas medidas de adaptación. También señaló que “algunas medidas no cuentan con financiamiento, esquema de monitoreo y correspondencia entre la Contribución Nacional Determinada (NDC) y el inventario”.
Durante el período auditado tampoco se dispuso del Plan Nacional de Adaptación previsto para 2019.
“El cumplimiento de la NDC requiere la implementación de una serie de medidas a lo largo de la economía, focalizando en los sectores de energía, agricultura, bosques, transporte, industria e infraestructura”, sostuvo el organismo de control y precisó que en 2017 se presentaron los planes de acción de bosques, transporte -sin tener en cuenta al sector fluvial y marítimo- y energía. Dos años después el de agricultura continuaba en estado de borrador.
Durante el período auditado tampoco se dispuso del Plan Nacional de Adaptación previsto para 2019, tendiente a reducir el riesgo y aumentar la resiliencia frente al cambio climático; ni con el Plan Nacional de Respuesta al Cambio Climático en el mediano plazo. Tampoco se contó con una Estrategia Nacional de Cambio Climático de Largo Plazo que incorpore medidas de mitigación y adaptación a la variabilidad climática, a los cambios en el régimen de lluvias, a los eventos naturales extremos y al aumento del nivel de las aguas para reducir la vulnerabilidad humana y de los ecosistemas a ese cambio.
Articulación y Gobernanza
En 2016 se diseñó el Compromiso Federal sobre el Cambio Climático, en el que las provincias enumeraron sus acciones principales de mitigación y adaptación, y la necesidad de financiamiento ante el Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA).
“Hubo una débil articulación entre las diferentes áreas del gobierno nacional, y de éste con las provincias y CABA para integrar acciones de mitigación y adaptación”.
La AGN comprobó deficiencias en la articulación con el COFEMA que posibilite la realización de un diagnóstico correcto a nivel provincial y municipal sobre la vulnerabilidad y los riesgos que priorice las medidas de mitigación y adaptación orientadas a las infraestructuras e inversiones a largo plazo, incluyendo las proyecciones de crecimiento poblacional y los posibles migrantes ambientales, y que tales medidas se contemplen efectivamente en los planes.
En materia de gobernanza, el Gabinete Nacional de Cambio Climático (GNCC) registraba para la AGN “una débil articulación entre las diferentes áreas del gobierno nacional, y de éste con las provincias y CABA para integrar acciones de mitigación y adaptación”.
Objetivo de Desarrollo Sostenible
El informe indica que, respecto al ODS 13, Argentina no adaptó la meta 13.1 que busca fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales en todos los países.
En el período auditado, se dejó de lado la meta 13.3 “Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana”, contenida en el Primer Informe Voluntario Nacional de Julio 2017 pero que no está incorporada en el segundo informe de junio 2020.