Alimentación y obesidad infantil
Dra. Graciela Soifer *
El derecho a la alimentación fue reconocido como uno de los derechos del hombre en la DeclaraciónUniversalde los Derechos Humanos por la AsambleaGeneralde las Naciones Unidas en 1948. En el artículo 25 de dicha declaración, se establece que “toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, al igual que a su familia, la salud y el bienestar en especial la alimentación”
En el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONUse ratificó este derecho en 1966; y en 1999, la ObservaciónGeneralNº 12 se denominó “El derecho a una alimentación adecuada”
Ante este derecho a la nutrición, se pensaba hasta no hace mucho tiempo en la posibilidad de acceder a los alimentos, sin embargo no se cuestionaba el exceso de comida o el contenido nutricional de los alimentos que se consumen.
El aumento de la prevalencia de obesidad en la población adulta y aún lo que es más preocupante, en los niños, se ha convertido en la actualidad en un tema de debate y de preocupación para la salud públlica y para los profesionales que se ocupan del tema.
Esta verdadera pandemia de obesidad que está afectando globalmente al mundo, se observa con mayor gravedad en los individuos de menores recursos, en especial en los países en vías de desarrollo.
Hay múltiples causas que conducen a la obesidad siendo alguna de ellas una mayor accesibilidad a alimentos, muchos de ellos de alta concentración de calorías con exceso de grasas y azúcares y de bajo costo como son algunas golosinas.
Los estilos de vida, especialmente en los conglomerados urbanos, que conducen al sedentarismo y la dificultad por parte del Estado en la implementación de políticas públicas para el cambio de hábitos poblacionales son algunos de los problemas con los que se trabaja actualmente ante el notable incremento de la obesidad en la población.
Se agrega a este panorama la propaganda de las empresas elaboradoras de alimentos que en el afán de agradar al mayor número posible de compradores, aumentan el contenido en sodio de los productos que elaboran, agregándoles además grasa para hacerlos más suaves al paladar y azúcares para que sean más solicitados. Con respecto a las bebidas, las gaseosas y los jugos tienen un alto contenido de azúcares, elemento que los hace muy deseables para los niños. Se ven madres que en los biberones de sus bebés en lugar de leche le ofrecen un jugo sintético o una gaseosa.
La presencia de sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes es una tendencia preocupante actualmente en nuestro medio.
Hay tres momentos estratégicos respecto de la alimentación y por ende en el estado nutricional en la vida de un niño que son determinantes de los hábitos alimentarios saludables.
En los primeros años esos hábitos están determinados por los padres y la familia en general, con asesoramiento del pediatra .
A partir de la escolarización el niño recibe una de las comidas del día en la escuela, o bien dos en el caso de que concurra a doble escolaridad y es en ese ámbito donde puede llevarse a cabo una buena educación alimentaria. Lamentablemente esto no se cumple en forma adecuada porque la elaboración de las comidas está en manos de personal poco entrenado, con pobres conocimientos sobre alimentación saludable y que depende, para la provisión de alimentos, del presupuesto de la institución. Para agravar aún más las cosas, en las escuelas existen los quioscos que venden todo tipo de golosinas a precios accesibles y que tientan a niños y jóvenes para adquirirlos.
En esta etapa de la vida se agrega otro factor, el tercero, que atenta contra una alimentación saludable y que consiste en las propagandas televisivas sobre alimentos de alta densidad calórica y que son emitidas especialmente durante los cortes comerciales de los programas infantiles, entusiasmando a los niños en consumirlos.
Frente al panorama descrito, es un gran desafío para los gobernantes poner en práctica diversas acciones que colaboren a una mejor alimentación en la infancia ocupándose de tomar medidas en los ámbitos en que puedan actuar; en los comedores y quioscos escolares, en mayor supervisión de los alimentos elaborados y en campañas de educación a la población.
* Médica nutróloga- Grupo Bioeticar @GrupoBioeticar